miércoles, 14 de octubre de 2009

Veo un cangrejo viejo, viejo...ven a mirarte el perfil en mi espejo


En el colectivo alguien se sienta al lado mío. No lo miro, solo percibo que es un señor de pelo blanco. Puedo imaginarme a través de su olor, algo de su vida. El colectivo va lleno, y al subir una chica embarazada, el señor canoso se levanta y le da el asiento. Le digo aún sin verlo de frente, que se quede, que yo ya me bajaba. Me dice: "querida, sos joven y tenés cara de haber estado estudiando, yo también ya me bajo." Me quedo sentada y al verle los ojos azules reconozco que era alguien que ya había visto pero no logro ubicar de donde. Me mira y me dice casi susurrando: "de la plaza azul". Se baja y lo sigo con la mirada, al perderlo de vista, me reincorporo y veo que en el asiento había dejado un papel del color deEliminar formato de la selecciónl cielo.

lunes, 28 de septiembre de 2009

A celebrar el sol de los vivos

Papel. Mensajes escritos para guardar momentos de tiempo. Certeza de no olvidar. Pienso en ti, la vida sin fin. Tarde llena de serie y lluvia. Torta mezclada con tensión y con ansiedad del "happy end" insaciable. Inventar un final mucho mejor. Creernos felices desafiando. Sintiendo lo mismo en el calor de las manos. Oírte respirar. Cuando te vas te extraño y sueño con vos por la noche.

lunes, 6 de julio de 2009

Olor a Viento

-¿Para qué sirven las espinas?

-Las espinas no sirven para nada; son pura maldad de las flores.

-¡Oh!

Y después de un silencio, me dijo con una especie de rencor:

-¡No te creo! Las flores son débiles. Son ingenuas. Se defienden como pueden. Se creen terribles con sus espinas…

-¿Tú crees que las flores…?

-¡No!, !No! Yo no creo nada! Te contesté cualquier cosa para que te calles. Tengo que ocuparme de cosas serias.

-¡De cosas serias!

jueves, 25 de junio de 2009

Presencia-Ausencia

Durante la vida cotidiana el cuerpo se borra, desaparece del campo de la conciencia, diluido en el cuasi-automatismo de los rituales diarios. Quedando de esta manera las manifestaciones corporales relegadas bajo la represión y el aislamiento. El espejo se vuelve dócil, solo tu forma de verte te refleja. Sólo vos te ves. Dónde estás. Dónde estamos.
(haciendo la monografía del vampiro pude darme cuenta de que la idea fue muy buena)
Al TEAM de TEM.

lunes, 1 de junio de 2009

Sin lesionarse

Como si apenas estuvieran reposando, a la espera de la mano del experto prestas a mostrar sus cualidades…Tienen nombre y apellido y cuentan su año de nacimiento. Algunas muestran sus coriáceas vestiduras, otras están desnudas. En el correr del tiempo la vida reflejada para que nuestros ojos comprueben la existencia de. Detrás de un cristal, están expuestas a la mirada cariñosa, o descarnada y crítica del sabelotodo. El corazón de un hombre sensible amante de su arte y vocación las expone en nostálgica evocación a tu mirada. Eterna búsqueda del conocimiento sin medida del tacto, sin nocíon del sentido, sin entendimiento de la invención.

jueves, 7 de mayo de 2009

De las casualidades, causas ignoradas de efectos desconocidos.

“Entre canción y canción, esa mujer cuenta buenas historias, y las cuenta vichando papelitos, como quien lee la suerte de soslayo. Esa mujer de Oslo, viste una falda inmensa, toda llena
de bolsillos. De los bolsillos va sacando papelitos, uno por uno, y en cada papelito hay una buena historia para contar, una historia de fundación y fundamento y en cada historia hay gente que quiere volver a vivir por arte de brujería. Y así ella va resucitando a los olvidados y a los muertos: y de las profundidades de esa falda van brotando los andares y los amares del bicho humano, que viviendo, que diciendo va.”
“El libro de los abrazos”, Eduardo Galeano

¿Y por qué no darle lugar a al destino? Suelen decir que es una forma que tenemos de invocar las casualidades, de transformarlas en vigentes. Más abajo del destino está esta idea banal de lo casual, no de lo causal. Lo casual. Es quizás que lo aleatorio tiene más lugar en las situaciones comunes.
A veces me lo cuestiono, pero soy de la idea de que las cosas si pasan, pasan por algo.
Y ahí se encuentra uno en esa ambición casi constante de cazar casualidades o dejarse llevar por ese famoso destino del que se habla. En esos lugares en que nos ponemos o encasillamos casi como para identificarnos con “algo de lo que se dice”.
En esa encrucijada de pensamientos es en donde se encuentran, creo, las historias. Las que contamos, las que nos cuentan y también las que se cuentan solas. No se si notaste esto, por eso te lo escribo, una suerte de casualidad destinada a ser casual ya que en esa casualidad es en donde estaba la verdadera historia. La que te animaste a contar. La que estás contando mientras la vivís. Mientras la narrás.