viernes, 12 de abril de 2013

Algo


Este es el otoño en el que conocí todos los bares de mi barrio. A la mañana me obligo a salir de mi casa para poder estudiar. Porque si no me distraigo. Me obligo a vestirme y a salir a la calle. Camino, decido cual voy a probar. Tengo favoritos pero trato de no repetir. Abro los apuntes,  intento meterme en el mundo pero siempre me ganan las ganas de mirar por la ventana. Entre historias que imagino de la gente que pasa, pienso también en historias que podrían pasarme. Es el último final de mi carrera. ¿Qué tal? Este año me recibo. Y me siento tan vulnerable, tan que no sé nada. Películas que tienen que gustarme pero que no me gustan nada. Hay algunos objetos que me gustan mucho, los que se conectan con la lluvia, los paraguas y las botas de la gente, me encantan. Algunos perros y el olor a café con leche del bueno.
Pasan y están apurados y yo pienso en que nunca más voy a poder apurarme. Como si el tiempo estuviese detenido hace mucho. Y corro pero no avanzo. Lo cotidiano, bañarme y hacerme la raya al costado. Mirarme al espejo, tocarme con la mano la espalda y especular con que el pelo ya casi me llega al corpiño. Hacer la cuenta, seguro en el verano lo tengo re largo, casi me llega a la cola, puedo sentir como me roza la cintura. Hago pis miles de veces al día, a veces me siento y creo que hace mucho no me levanto de ahí, imagino estar haciendo pis un día entero. Cocinar, quiero que me guste la cocina pero no me gusta nada. Copio un poco a mi papá.
Sigo mirando y espero sinceramente que mi amor sea para toda la vida. Mirar una serie de cuatro temporadas en 2 días. Chocolate. Viajes. Me da miedo. Si ya bien aprendimos que todo es una construcción. El odia las mañanas y yo odio las noches. Quiero hacer compras en la verdulería y que cocinemos juntos. Colgar la ropa. Él es despacio y yo soy rápido. Desayunar su olor y pelear por el orden. Llegar y que esté. El piensa tanto y yo hago más que lo que pienso. Que se vaya y que vuelva. Cigarrillos. Jugar a los planes. Y ahí aparecen algunas charlas con mis amigas. Sus amores de incesto, sus relaciones distintas, sus expectativas. Sus bombachas colgadas en sus duchas. Mucha risa y la posibilidad de decir algunas cosas. Lagunas y algunos momentos que no me gustan. Jugar a reírnos de nosotras mismas. Con pocos me siento a salvo. Con Natalia me veo desnuda.      
Familia. Colgar todo, las fotos colgarlas. La plata, los recuerdos, lo propio, lo de uno. Revolver, ver las caras. Recuperar cosas, comer pizza. Abrazar fuerte. Lluvia y algunas cosas privadas que salen a la luz. Los lazos más fuertes, los de sangre, se vuelven elección. Por suerte elijo a todos los que quiero. Me preocupa pensar mucho en que las relaciones sean verdaderas.  
Trabajos esporádicos y mundos nuevos, algunos me entusiasman. Otros me causan rechazo, otros me frustran, otros me dan ganas. Dispersión y nada pero todo en concreto. La película final, un grupo nuevo pero viejo. Roles. Un poco de ilusión. Querer conexión. Lo cíclico y lo sádico, una relación rota, una fiesta frustrada, una fiesta sorpresa. Un suicidio, muchos viajes en el tiempo.